Con las primeras lluvias de septiembre se comienzan a escuchar los berridos de los machos, profundo parecido es un sonido y largo, a un mugido de vaca. Durante un mes los machos no dejarán de emitir fuertes berridos o bramidos. Con este gesto anunciará la llegada del celo y avisará de su presencia a las hembras y al resto de los machos.
El macho intenta apoderarse de una parcela de terreno dentro del área de campeo de las hembras, si un intruso aparece en su territoriointentará disuadirlo, pero si este es un macho grande le plantará cara, berreará cerca de su contrincante y agachará la testuz dirigiendo las cuernas hacia él. Tendrá lugar el combate entre ambos. Se golpearán con las cuernas tratando de desequilibrar al contrario. Cuando uno de ellos lo consiga, el vencido se retirará de inmediato o reiniciará la pugna.