Huellas y rastros
¿Podemos imaginarnos la vida que tiene un bosque, una pradera, un montón de rocas o, simplemente, el tronco hueco de un viejo árbol? ¿Cuántos animales han pasado por el mismo camino que nosotros estamos recorriendo? Aunque hayamos caminado muchas veces por el mismo lugar, en la mayoría de los casos todo esto habrá pasado desapercibido para todos nosotros.
Nuestros mejores aliados son el barro y la nieve que nos irán desvelando por medio de las huellas cómo los pequeños mamíferos -ratones, ardillas o musarañas- van de un sitio a otro llevando comida o cómo otros más grandes como martas, garduñas, tejones o zorros, intentan cazarlos.
Las huellas de ciervos, corzos y rebecos también estarán visibles en los recorridos. Pero hay unas huellas que a todos los anteriores no les gusta encontrar. Hablamos de las del lobo ibérico que, con mucha astucia, andará atento a todo lo que se mueva, Y, con mucha suerte, en lo más alejado y escondido del bosque, las huellas del gran señor de la montaña, el oso pardo.
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Grupo Máximo: 12
Grupo Mínimo : 4